lunes, 6 de julio de 2015

Las Guerras Carlistas



Tras un parón más largo que un día sin intenet[1], vamos hoy con otro tema de sumo interés en la historia de España. Hemos comentado que todo el periodo de la Edad Media era un pisto considerable. Pues bien, resulta que el S.XIX tampoco está nada mal en cuanto a complicaciones[2]. Así que vayamos con un apartado de relevancia en ese momento, cuyas repercusiones no os creáis que se han disuelto del todo. Hablamos de – tachán tachán – “Las guerras carlistas”. Sé que suena muy a rollo, pero son de lo más divertidas, confíen en mí. Yo nunca les mentiría en algo así.

Pongámonos en antecedentes. En España está gobernando  Fernando VII, un rey tan capullo que haría bueno al hijo malvado entre Joffrey Baratheon y Ramsay Bolton. Mientras en el resto de Europa ya han tenido sus experiencias con parlamentos, constituciones, separación de poderes y esas cosas, aquí  nada, todavía monarquía absoluta y encima tan contentos. Si a los europeos les van esas cosas que te llevan de cabeza a las calderas de Pedro Botero, allá ellos, pero aquí, en la patria de Isabel la Católica, Don Pelayo y el Apóstol Santiago (que no era de aquí propiamente dicho, pero como mató muchos moros le concedimos la nacionalidad sin tener que casarse con una paisana) aquí, ya digo, rojerías de esas las justas.
Fernando VII con el traje de trabajo. Cara de donar a la cruz roja precisamente no tenía el hombre.


Lo de contentos no es exagerado, ¿eh?, que en 1820 hay un pronunciamiento militar, el golpe de Riego[3], que consigue que el rey tenga que rejurar la constitución[4] , exiliarse y que nos tiremos un par de añitos intentando modernizarnos. Finalmente es repuesto, los franceses envían a los 10.000 hijos de San Luís para reinstaurar el absolutismo y a su vuelta a España un grupo de mujeres, al grito de “¡vivan las caenas!” desenganchan los caballos del carruaje del rey, se colocan unos yugos de esos de los bueyes y llevan ellas mismas la carroza, que hasta él tenía que estar flipando. Sé que suena a película de humor exagerada, pero es completamente cierto.

En la versión oficial el carro lo llevaron un dodó, un mono con cara de avispado y una gineta a la que pinchaba un bombero con pañales. Más guay quedaba, las cosas como son.


Y ésto me ha salido en google imágenes buscando "golpe de Riego" y como soy medio tonto y todo me hace gracia tenía que compartirlo.


No os preocupéis que Fernando VII vuelve pero la diña pronto. La pega es que hasta muerto nos tuvo que fastidiar porque ahí va a empezar todo el follón.
El rey no tiene hijo varón, solo una niña, la que será futura reina Isabel II[5]. En los borbones, monarquía campechana y moderna donde las haya, se lleva la “Ley Sálica”, es decir que el heredero al trono tiene que ser el hijo varón aunque sea el decimosexto, después de quince niñas.[6] ¿Qué no hay niños en el matrimonio? Pues nada, qué le vamos a hacer, el varón de la familia más cercano entonces.
¿Era tonto entonces Fernando VII siendo rey absoluto y teniendo solo una niña no haber cambiado esa ley a tiempo? Vayamos por partes. Tonto era, en efecto. Pero tanto él como su padre, Carlos IV, tratan de cambiarlo. El apaño legal se llamó “La pragmática sanción” que suena casi tan bien como el test Voight-Kampff[7]. La cosa es que cuentan que en el lecho de muerte del rey, el padre Calomarde, confesor personal del rey, consiguió que la derogara por lo que “legalmente” seguía en vigor la ley sálica. Y no era la primera vez, que la ley en cuestión se pasó unos ratos buenos sendo derogada y puesta en vigor según le iban comiendo la oreja al rey los distintos miembros de la camarilla[8] de la corte.
¿Y que más le daba al tal Calomarde se preguntarán ustedes y con razón? Muy buena pregunta.  Pues la cosa es que la Reina María Cristina estaba empezando ya a demostrar ciertas simpatías liberales, más que nada porque pensaba que los liberales sí aceptarían a su hija como reina.  Mientras que el hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón (de ahí lo de carlistas) era lo que viene siendo “más papista que el papa” y a defensor del catolicismo no le ganaba ni el santo padre recién comulgado[9].

Carlos María Isidro de Borbón vestido de Vlad Tepes en los carnavales de Basauri. De la futura reina no ponemos cuadro porque era una niña y la protege la ley del menor.

Así que, el rey la diña,  la reina madre dice que la pragmática sanción vale y que su niña es la nueva reina de España (Isabel II) y su tío se junta en el norte con unos cuantos colegas de txacolís y a defender que se lanzan una serie de principios, que serán los del carlismo: “Dios, patria, fueros y rey”. Los conceptos de dios, patria y rey supongo que estarán claros, así que expliquemos qué son los fueros[10]. Bien contado son unos estatutos jurídicos propios que pueden tener algunas localidades (Navarra los sigue teniendo, de ahí lo de comunidad “foral”[11]) que los solía otorgar el rey desde tiempos medievales. En el caso de Navarra y el País Vasco se los concede Felipe V porque son territorios que apoyan al bando Borbón en la guerra de sucesión y por eso mismo se los quita a Aragón y Cataluña, para que aprendan a apoyar a los Austrias la próxima vez.
El caso es que los liberales son más de que todos los territorios sean iguales, que paguen todos los mismos impuestos y demás, cosa que a los territorios con fueros pues no le suenan del todo bien.

Así que ya tenemos dos bandos, los Carlistas, que apoyan al infante Don Carlos y serán dirigidos por el general Zumalacárregui y los Cristinos, que apoyan a la reina regente, María Cristina de Borbón (aunque también se les llamará, sobre todo más adelante, Isabelinos) y que comandará el general Baldomero Espartero, uno de los principales protagonistas de toda la historia del XIX en España[12]. Las guerras carlistas tienen tres fases, pero hablaremos de momento solo de las primeras de ellas.

Zumalacaregui con la boina de entretiempo y el Marca bajo el brazo para leer con el café qué había hecho esta semana el Athletic.

Las guerras están llenas de anécdotas curiosísimas, como que es el cocinero de Zumalacárregui quien inventa la tortilla de patatas durante el asedio a Bilbao o el momento en el que el mismo general carlista ve a todo un batallón caminando sin zapatos, y al preguntarles la razón le responden que les había dicho su capitán que los cuidaran y no los rompieran que andaban mal de presupuesto. También es curiosa la táctica a lo Elliot Ness de destrozar todos los toneles de vino de los pueblos que iban tomando para hundir la moral del enemigo[13].

Y este es Espartero quien parece estar a punto de levatarse a dar de tollinas a los que hablan al fondo.

El caso es que se trata de una guerra civil se mire como se mire en la que enfrentan varias concepciones del mundo: Monarquía absoluta-monarquía constitucional; Campo-ciudad; privilegios religiosos-liberalismo; Periferia-centro; DC-Marvel… Las dos Españas, vamos.
Finalmente, en esta primera fase de la guerra, Zumalacárregui muere en el citado asedio a Bilbao y Espartero derrota al resto del ejército carlista en Luchana. El grueso del ejército carlista, dirigidos por Maroto, firman la rendición siempre que se les mantengan los rangos militares que ganaron en la guerra, pero un grupo de ellos, tildan de traición la paz y comandados por el general Cabrera seguirían la guerra por la zona del Maestrazgo, pero dando ya menos la lata. Isabel II es nombrada reina, aunque como es menor de edad se queda como regente su madre (luego será regente Espartero y todo) y empieza el largo proceso del asentamiento del liberalismo en España, que ya terminaremos otro día[14].

Espartero y Maroto firmando la paz en el "Abrazo de Vergara", tan efusivamente que parece que va a sonar la música en cualquier momento y que el resto del ejército molesta.



[1] Ya no vuelvo a jurar que la próxima vez tardo menos en actualizar que luego rompo más juramentos que Jaime Lannister.
[2] Son solo 100 años, sí, pero están comprimiditos y pasa prácticamente de todo, exceptuando cyborgs que vengan del futuro e invasiones alienígenas. Y si las hubo, se ocultaron muy bien.
[3] Riego es un militar progresista que trata de acabar con la monarquía absoluta de Fernando VII. Lo de golpe de Riego no tiene nada que ver con dar azotes con una manguera.
[4] Porque ya la había jurado el muy ruin nada más terminarse la guerra de independencia, pero luego ya se sabe cómo son los reyes con las constituciones, que al principio todo es muy bonito, pero luego ni las escriben, ni las llevan a sitios bonitos, ni las dicen lo mucho que valen. Vamos, que no la estaba haciendo ni caso.
[5] Os recuerdo que en historia no hay spoilers, así que no he destripado nada a nadie. Que ya os veo venir.
[6] El actual rey de España Felipe VI lo es precisamente por eso, que su hermana nació antes. Así que tampoco estamos hablando de cosas tan remotas. Cronológicamente hablando, claro, que atrasado lo es un rato. Tanto la ley sálica como la monarquía, me refiero. Aunque si  nos ponemos técnicos y con goyerías, la ley Sálica, como tal ya no existe en ningún país, se lleva una variante que es la ley Agnaticia. Pero, vamos, si vosotros no decís nada y la seguís llamando sálica, yo no voy a chivarme a nadie.
[7] Hoy sacamos pronto a relucir los puntos Cooper, esta es la referencia para ganarlos.
[8] Al menos era la camarilla y no el Sabbat. Y esta vez la referencia friki es tan difícil que al que la acierte se le doblan sus puntos Cooper. Sin mirarlo en Internet, claro.
[9] Hoy diga sigue existiendo un partido carlista y este mismo verano de 2015 han escrito un panfletillo para que siga habiendo en playas y piscinas zonas mixtas para que no se junten hombres y mujeres. A mí me suena a fake, pero lo han publicado también gente de la prensa seria así que os hacéis una idea de cómo se las gastaban los carlistas de antaño comparados con los actuales.
[10] Y no haremos gracias con los fueros de juego ni chistes fáciles similares.
[11] No era porque recogieran margaritas y ramitos de violetas, que lo mismo alguien se lo preguntaba.
[12] Y haciendo un poco de Spam, protagonista también de una excelsa novela por web que escribe este mismo autor y que actualiza todavía menos que este santo blog: “Espartero exterminador de monstruos”. Pueden seguirla en: www.desdeaquiabajo2.blogspot.com
[13] Y porque no había fútbol que si no hubiera puesto candados a los estadios y ya no te cuento la que se liaría en España.
[14] Indicando eso sí que lo que se entendía por “liberal” en el siglo XIX y actualmente no es exactamente lo mismo.