sábado, 18 de octubre de 2014

Cristóbal Colón (I)



Una  vez pasado el cansinismo del 12 de Octubre, pero aprovechando que todavía seguimos cerquita y podemos aprovechar el tirón, vamos a dedicarle una entrada a el marinero más famoso de todos los tiempos, solo por detrás de Popeye, el capitán Pescanova y Jack Sparrow. Hablamos, cómo no, de Cristóbal Colón.

A Cristóbal Colón[1] se le adjudican muy variopintos orígenes: Se ha dicho de él que era genovés, portugués, gallego, de Raticulín... Mires una fuente de información u otra te darán todas las certezas de que era de su zona[2]. Pero tampoco nos volvamos locos por ello porque no nos interesa dónde naciera sino todo lo que hizo a continuación[3]. Sea como fuere se sabe que la fecha en la que vino al mundo fue 1451, y como oficialmente se considera que nació en Génova, allí vamos a dejarle nacer de momento.
Pero antes de nada se preguntarán ustedes ¿qué necesidad tenían los europeos de irse a descubrir nada a pasar calamidades, con lo fresquito que se está en Europa? O bien ¿Tan necesario era dar esa vuelta para llegar a las Indias? Y a todo esto ¿qué leches son las Indias?

Cristóbal Colón, con una frase póstuma, pero que seguramente no sea real (La coña de la frase no es mía, está por la red)

Nos tenemos que remontar entonces a Marco Polo (1254-1324) que además de dar nombre a un juego de lo más tonto que practican los niños americanos en las películas, fue quien abre la ruta entre Europa y Asia Central-China. Ello permite que el comercio de la seda forre a los comerciantes de las ciudades-estado italianas y dispongan por tanto de un mercado incomparable comparado con el resto de tenderos que se tienen que conformar con la lana de oveja y la tela de arpillera. A la seda súmale especias de todo tipo[4] y objetos de lujo que la nobleza feudal europea necesita como el comer para demostrar quién de ellos la tiene más larga[5]
Marco... Polo. Marco...Polo. Marco...Polo. Marco... Polo. Marco...Polo. Marco...Polo (Y así nos podemos pasar la tarde entera tan ricamente)

“Las Indias” son, por tanto, toda esa zona tan apetecible, sin tener muy claro sus límites y extensiones. Se habla así, por ejemplo, de la isla de Cipango. Según el mismo Marco Polo, “era una isla muy grande que se hallaba en el mar de China (conocida como Catay para los colegas de la época), a 1.500 millas de la costa y que se encontraba habitada por indígenas blancos e idólatras, que no estaban bajo el yugo de ningún monarca extranjero”. Todo apunta a que se refería a Japón. Y las expediciones portuguesas iban en esa dirección, en pos de Cipango y Catay.
Pero también estaba la leyenda medieval del reino místico del Preste Juan. Era el nombre de un supuesto gobernante cristiano que vivía allá por las “Indias”. Le pasaba un poco como a los políticos de provincias, que tenía muchos cargos, ya que era a la vez gobernante, sacerdote y hasta patriarca, según quién hablara de él. De ahí viene su título de Preste (presbítero). La gracia continúa y no para porque según los relatos medievales más fantasiosos, descendía de los tres Reyes Magos[6] (vamos, que les faltó decir que tenía duendes trabajando en un taller y que regalaba a los niños juguetes en Nochebuena). Un reino cristiano por allí perdido sería una gozada si se llegara a encontrar, porque ayudaría a combatir al Islam ahora que se ha asentado en la zona. Es precisamente este asentamiento del Islam lo que además hace que sea mucho más difícil pasar por tierra en la ruta citada, así que  habrá que buscar otro modo de llegar al mismo sitio. Sobre todo después de que los turcos hayan invadido Constantinopla (1453) y cortado el paso por los estrechos del Bósforos y Dardanelos.
La imagen del Preste Juan, reinando allá en las Indias sobre lo que parece ser un camping .
Así que ya tenemos la idea de qué narices estaba buscando y por qué.  Lo que nos lleva a otro tema de importancia, que es el de que si la Tierra es plana,  redonda o tiene forma de plátano[7]. No todo el mundo en la Edad Media era defensor de la creencia en la Tierra Plana y no se descubre de repente que es esférica gracias a Colón. Ya lo habían postulado muchos filósofos de la antigüedad previamente: El mismo Aristóteles ya hablaba de la esfericidad del Planeta (que para unas cosas era el Jiménez del Oso de la escuela de Atenas[8], pero para otras iba mucho más atinado) siguiendo los estudios de Eudoxio y Calipo (a este último lo menciono solo porque como soy medio tonto me ha hecho gracia el nombre) o más tarde Eratóstenes, quien en el siglo tres antes de Cristo, llega a medir su circunferencia, con un cierto margen de error, pero la mide, ¡con dos c*****s y un palito[9]!

El caso es que entre la gente con estudios, que lamentablemente era poca, eso de que la Tierra es un arca que flota en el vacío y que el agua se cae en una catarata llena de monstruos no parece muy sensato[10].  ¿Cómo pudo Colón enterarse de esa teoría? Hay varias historias, la más divertida es la de que se encontró en una taberna a un marinero en un estado de embriaguez considerable que en lugar de darle por contarle sus penas sentimentales, como nos da a la gente normal y decente, le salió con una historia sobre la Tierra redonda y un mapa que señalaba una ruta alternativa para llegar a las Indias. Colón le pagó las copas, le quitó el mapa y ahí le dejó durmiendo la mona.
Otras historias más serias hablan de su relación con Toscanelli, un matemático Florentino quien le envía al rey de Portugal los cálculos sobre el diámetro de la Tierra y una manera de llegar a las Indias navegando desde Poniente[11]. El rey pasa de él y enseguida le marca como Spam, pero se dice que a Colón sí que le interesa el asunto y que mantuvieron mucha correspondencia desde ese momento. Colón se entera porque por aquel entonces ya es un comerciante de cierto renombre, casado con una portuguesa y que ya había hecho bastantes viajes a Guinea, no era que pasara por allí y se encontrara la carta arrugada en la papelera.
Ya que hemos hablado antes del origen de Colón, apuntamos ahora el hecho de que si para llegar a las Indias se le ocurre dar la vuelta a la Tierra, eso nos da que pensar que  también tiene algunas papeletas para ser del mismo Bilbao.

"¿Que no podemos pasar por aquí, aiba la Ostia...?"


"¡Pues damos esta vuelta! ¿Qué, que no hay huevos?"


El caso es que ya tuviera él la idea, la plagiara o intercontextualizara, se presenta en 1484 con esas ante Juan II de Portugal[12]. Pero el pobre hombre, con tanta lectura de mapas y cartas náuticas distintas, se había hecho la picha un lío y había confundido las millas náuticas árabes y las italianas, así que de las 10.600 millas reales que había de distancia hasta las Indias, a él le salen solo 2.400[13]. No es de extrañar que el equipo de navegantes del rey de Portugal le dijeran que a dónde iba ese tarado con esas cuentas y que hiciera el favor de dejar el oporto de tan buena mañana.  Y el caso es que al rey le había caído bien Colón, que debía de ser muy salado y campechano, pero su consejo de matemáticos no opinó lo mismo. Que razón llevaban en el fondo, pero a lo peor fue porque  no les untaron como debían.  Como aspecto positivo Colón aprendió mucho de la experiencia, sobre todo la máxima, válida hoy día también: “Hacer la pelota previamente a los consejeros de los reyes”.
Colón sigue pensando que tiene razón, pero si no cuenta con el apoyo de Portugal tendrá que buscarse otro primo, digo… Otro patrocinador. Y así pensando, pensando…: “Necesito unos primos, es decir unos tontos, ¿a quién conozco cuyos padres sean primos y hayan salido tontos?… ¡tate, la realeza castellana[14]!”

Así que un año después[15] se planta ante los Reyes Católicos y les está dando la brasa durante unos siete años[16]. Los reyes le dan largas, que no está el reino para gastos, y el sigue erre que erre haciéndose el encontradizo. Vamos, que ni en la conquista de Granada les dejaba en paz y eso que se fueron tanto a ver cómo iba la guerra como también a ver si le daban esquinazo al plasta este. (“¿Qué hay, majestades? ¿Matando moros? Yo también mato moros en la intimidad” / “¿Es bonito este monasterio, verdad?  A mí siempre me ha chiflado la doctrina católica, como a ustedes” Y así todo el rato). 
 Recordemos que en ese momento  todavía no existe una capital del reino y que la corte es itinerante, está donde esté el rey y su séquito, así que la imagen de Colón siguiéndoles por toda la península[17] no deja de ser graciosa, pero no podía hacer otra cosa. La pega es que como el hombre no tenía casas repartidas por toda la geografía castellana, que tampoco era un consejero de Caja Madrid, tenía que vivir de gorra y alojarse en sitios que no le cobraran mucho y pudiera no dar ni golpe. Efectivamente, la respuesta es un monasterio. Así que mientras prepara el viaje se aloja en el Monasterio de Santa María de la Rábida, sito en Huelva. Lugar que luego se puso de moda como primer destino antes de salir a hacer la ronda por casi todos los conquistadores, incluso como lugar dónde enterrarse (allí está descansando, entre otros uno de los Pinzones)
Finalmente los reyes, de puro hartazgo, le pagan cuatro duros para la expedición, le prometen lo que quiera (que prometer es gratis) y a ver si hay suerte y la palma en alta mar donde no le pueda dar la tabarra a nadie más. 

El mérito del cambio de opinión de la realeza se le atribuye siempre a Fray Juan Pérez, el confesor de la reina[18] a quien le  había comido la oreja Colón previamente, y a unos cuantos asesores de Fernando el Católico quienes le dicen que total, poco tienen que perder y sí mucho que ganar, por lo  que adelante con los faroles. Así que todos de acuerdo firman las Capitulaciones de Santa Fe, allí mismo, a las afueras de Granada, para no tener que volver a Valladolid y aguantarle el camino de vuelta, y todos se quedan tan contentos.
Cristóbal Colón vendiéndole la moto a los Reyes Católicos y Fernando dispuesto a disculparse, levantarse y no volver.

Atención a lo que le prometen a Colón, que traerá cola:
-          Los títulos de Almirante Mayor de la Mar Océana. Que dicho así suena muy bonito, pero tiene pocos efectos prácticos.
-          Ser nombrado Virrey y Gobernador General de las tierras que descubriera. Aquí Colón ya se ve que no es tonto. Virrey (representante del rey en los territorios en los que no está) es más que gobernador, pero este último es quien maneja el poder y los dineros. Así que de los dos quiero ser, gracias.
-          El derecho de presentación de tres nombres en los nombramientos de regidores. Es decir poder enchufar a quien le apeteciera de su familia y que fuese legal[19].
-          El décimo o 10% de todas las mercancías que se negociaran en las Indias. Ya por pedir, si cuela, cuela…
-          Derecho de exclusividad en los pleitos que surgieran por las mercadurías indianas. Éste es el único por el que los reyes no pasan, precisamente.
-          De contribuir con una octava parte de los gastos de armar las naves comerciales, y teniendo ese mismo beneficio.
También le dan cartas de presentación para el Preste Juan, otros reyes cristianos que pululasen por ahí y para el gran Khan de Cipango. A Spiderman y al Ratoncito Pérez ya les mandarían un whatssapp si pillaban cobertura allí. También añaden una carta real para poder enrolar a presidiarios en caso de necesidad.
Hago notar que en todo el documento habla constantemente de “Las Indias” y que, hasta que se demuestre lo contrario, un nuevo Continente descubierto no son “Las Indias”. Vamos, que si luego querían pasar de lo firmado  hasta con el abogado de Urdangarín los reyes tenían el pleito ganado.
Pongo este retrato de Isabel de Castilla solo para que se vea que es igualica igualica que la de la serie de TVE. El concepto "casting", ese gran desconocido en la ficción española.

La verdad es que la flota que le dan los reyes para llegar a las Indias dando un rodeíllo no es gran cosa, le dan solo dos carabelas. Y además no ponen un duro en ello porque obligan a la gente del Puerto de Palos a prestarlas. Por lo visto, el municipio de Palos no había ayudado a los reyes con la conquista de Granada (el término es “deservido”) y ahora, para que vuelvan, pues hale, a poner barcos para expediciones peregrinas. No deberían ser tecnología punta tampoco “La Pinta” y “La Niña” que se llamaban. Tampoco van muy sobrados en tripulación, así que tiene Colón que sacar el comodín de enrolar a presos para poder meter a cuatro.  Más que nada por eso parten de ese puerto y no de otro. Bueno, eso y para que yo pudiera hacer el chiste de que salieron del puerto de Palos porque la reina le dice que tenga cuidadito con  los barcos que “Son de Huelva”[20]

Como con tres barcos no se va a ningún lado, Colón consigue liar a Martín Alonso Pinzón, rico comerciante de la zona, para que se enrole y que busque los dos barcos que tienen que poner los de Palos, más otro. Así, meten también en el berenjenal a Juan de la Cosa quien pone su propio barco, en este caso una Nao, un barco más grande y seguro (con castillo de proa y todo), construido además en los astilleros del norte, “La Santa María”. ¿Averiguan los astutos lectores en qué barco se montó Colón?
Ahora ya, con Pinzón convencido, que era el influyente del pueblo, es más fácil que se sume gente y así a la tripulación se le unen los otros dos hermanos Pinzones[21] (que de hecho eran tres y no dos y de los que, pese a la rima y a la chanza, ignoramos su identidad sexual), Rodrigo de Triana (de quien también se dice que no era de Triana, sino de Lepe)… Casi, casi del nivel como el la de la nave Prometheus, vamos.
Ya solo quedaba solventar un pequeño problema, Colón solo sabía las cuentas para llegar a las Indias desde las Canarias, que es el equivalente al “yo sé ir en coche, pero solo desde mi casa”, así que parada en Canarias que tienen que preparar.
Los hermanos Pinzón. Que de su vida sexual no sabemos nada, pero que eran realmente clones seguro.

Y ya, otro día, hablamos del viaje y de la llegada a Las Indias y de cómo llaman a su primera isla descubierta “La Española” como las aceitunas.



[1] En castellano siempre con tilde y en mayúscula, que “colon” es otra cosa, aunque por lo visto también era muy irritable
[2] De todos modos, como dice Javier Traité en su divertidísimo libro “Historia torcida de España” no sé yo hasta qué punto merece la pena sentirse orgulloso de haber nacido en el mismo sitio que semejante trepa.
[3] Bueno, a continuación tampoco, pasados unos cuantos años, pero no nos pongamos tan pejigueros.
[4] La especie Melange aún no había aparecido, lástima.
[5] La túnica de seda, me refiero.
[6] Ya no dicen de cuál de los tres concretamente o si adoptan un niño todos juntos o qué.¡Queremos saber!
[7] Ésta es la referencia friki para repartir los puntos Cooper de hoy.
[8] No hay más que leer su teoría de las almas y que, según dicen las malas lenguas, afirmaba que los melones y los loros pertenecen a la misma clase porque los dos son verdes. Esto último solo lo he leído en un sitio y no lo he podido comprobar después pero no hay que perder la oportunidad de hacer coñas con las grandes figuras.
[9] Y además literalmente. Que lo mide gracias a la sombra que proyecta un palo, comparando los ángulos de la misma, a la misma hora, en Alejandría y Siena (nombre que se daba en la antigüedad a Assuan) ¡Los satélites son para perdedores y medio nenas!
[10] Sí, se creían otras chorreces del mismo calibre, pero precisamente esa no. Lo que no deja de tener gracia porque hoy día todavía hay quien defiende la mamarrachez de la Tierra plana, que dice que las fotos de satélites son un montaje y que todo es un complot de los fabricantes de globos terráqueos (me gustaría que fuera coña, pero no lo es) Y lo peor es que tienen derecho al voto.
[11] Como siempre hago referencias a Juego de Tronos hay que señalar que aquí Poniente es entendido como “Oeste” Es una terminología náutica que, técnicamente, se refiere a  desde dónde sopla el viento, “viento de Poniente”.
[12] Cuyo sobrenombre era, pásmense, “El Príncipe perfecto”. Nada de “El casto”, “El conquistador”, “El navegante” o “El crujiente”. “El príncipe perfecto”. ¿Para qué andarse con remilgos a la hora de hacer la pelota a los reyes? Todavía tiene más gracia si sabemos que su padre era conocido solo como “El Africano”.
[13] Las cosas como son, el error viene, entre otras cosas, porque faltaba colocar todo un continente en medio. Que eso abulta un poco.
[14] Consanguinidad ha habido siempre en todas las casas reales, ¿eh?, pero como es un clásico meterse con Isabel no vamos a dejarlo de lado.
[15] 1485 para los de la ESO. Este chiste fuera de este blog hará gracia., ¿verdad?
[16] Siete años. Imagínense tener a alguien dándoos la badila siete años. Y luego se quejan las mujeres a las que he pretendido alguna vez en la vida. Yo de seis años jamás he pasado. Bueno, alguna vez, pero no más de tres o cuatro.
[17] Visualizarlo con la música de persecución de Benny Hill ya es opcional, pero añade gracia. Sí, ya sé que los jóvenes que lean el blog no sabrán quién fue Benny Hill y las cotas de grandeza que alcanzó, pero ¡déjenme vivir en mi mundo imaginario que no hago daño a nadie!
[18] El que te enchufe alguien siempre ha sido y será la marca España.
[19] Como el tribunal de cuentas hoy día, vamos.
[20] ¡Viva el festival del humor!
[21] Y ya que estamos, son los Pinzón. En castellano los nombres propios no tienen plural (seguramente sea por eso que a veces habréis visto escrito “Los Simpsons” y otras “Los Simpson”) La pega es que los hermanos Pinzón, también tiene rima, pero con una  menos graciosa.

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