lunes, 7 de abril de 2014

La I Guerra mundial: Fases de la guerra



La I guerra mundial. Fases de la Guerra.
Guerra de movimientos (1914-1915).
Dejamos la cosa en el Plan Schlieffen, que coge su  nombre de un mariscal alemán que ya había preparado, previsor él, una contingencia hace varios años en caso de una más que posible guerra contra Francia[1]. Como se esperaba que Rusia apoyara a los franceses, había que tratar de evitar a toda costa la guerra en dos frentes. El pobre hombre se muere antes de que el estado mayor alemán de el visto bueno al plan y lo lleve a cabo en la Gran Guerra[2], con lo que hubiera disfrutado la criatura. 
Von Schlieffen con su capa aterradora. "Los franceses son cobardes y supersticiosos" (Y al que pille la referencia friki, 10 puntos Cooper, como siempre)

El plan lo ejecuta el general Von Moltke[3] quien, para ganar tiempo decide atajar pasando por Bélgica, que como era un país neutral nadie se esperara que atravesaran por allí y así atacar Francia desde el Norte, dejando a las tropas francesas y británicas esperando,  mirando el reloj con impaciencia, por donde esperaban ellos que cruzarían los alemanes y nada, que no venían los jodíos. Lo de Bélgica además vino bien porque ya de paso se abastecieron de patatas fritas y de gofres[4].

El gobierno francés se asusta y huye de París haciendo fuuu como los gatos, pero sin embargo el marical Joffre[5] aguanta a unos pocos Km de la capital, en el valle del Marne, donde no solo resisten el avance alemán y les retienen, sino que además se cargan el ala derecha de su ejército lo que casi hace que sean desbordados por ese lado. 

A Von Moltke le ponen de patitas en la calle[6] y es sustituido por Falkenhayn[7], quien se encarga de estabilizar el frente occidental con bastante acierto, después de que el plan Schlieffen se les haya ido al guano. Con lo bien que pintaba en el papel[8].
Mientras, en el frente Oriental, el mariscal Hindenburg y el general Ludendorff no tienen muchos problemas para ir derrotando a un ejército ruso con menos equipamiento que uno que se está bañando. En las batallas de Tannenberg y los Lagos Masurianos a los rusos les meten una de preocupar porque de moral y espíritu de lucha tampoco andaban muy sobrados, de hecho estaba a puntito de estallar la revolución ¿recuerdan ustedes?[9]
 
El caso es que en las llanuras europeas el plan alemán de guerra rápida se ha ido por el desagüe y los ejércitos se han detenido de golpe y porrazo. Habrá que buscar otras estrategias ahora y habrá que quererlas igual, qué le vamos a hacer.
El frente se mueve tan, pero tan poco que les dan literalmente las uvas. Lo cuento de cachondeo, pero la historia es verídica y bien bonita. Resulta que en la víspera de Navidad, por la noche, en una de las muchas zonas de trincheras, ambos bandos se ponen de acuerdo para salir todos juntos a cenar y beber en armonía. No contentos con eso se turnan para cantar villancicos tradicionales, entierran todos juntos sin hacer distinciones a los muertos de ambos bandos que estaban en tierra de nadie, se hacen intercambios y se despiden con abrazos al acabar la velada para seguir con los tiros el día siguiente. La voz se corre y hacen lo mismo en más trincheras, en algunos casos llegando la tregua hasta Año Nuevo. El alto mando británico se lleva tal susto que el año siguiente decidió dar la orden de bombardear precisamente la misma víspera de Navidad para que se acabaran las confraternizaciones y no se repita el arrebato pacifista. A ver si a la guerra vamos a ir ahora a hacer amigos [10]
La tregua de Navidad de 1914. Foto real y auténtica, por lo que me evitaré esta vez (solo esta vez) las coñas.

Pero aquí no acaba la guasa, ni mucho menos, ya se van a meter también más naciones, que si no no hubiera sido guerra mundial, ni nada. A saber: Turquía se alía con los alemanes (por eso de querer volver meterse en los Balcanes donde los Servios ya les habían echado con ayuda rusa y procederá a bombardear con entusiasmo y denuedo los puertos rusos de Odessa y Sebastopol) y Japón por un acuerdo que habían firmado a saber cuándo con Inglaterra, pasará a apoyar a la entente (con la idea de apandar islas del Pacífico a los alemanes, tampoco por otra cosa, no vayan ustedes a creer)

Guerra de posiciones (1915-1916)
Pues el caso es que ya se han quedado los dos ejércitos frente a frente, recogidos en cientos de kilómetros de trincheras y con la orden de no ceder un centímetro al enemigo y de avanzar lo que buenamente se pueda, aunque sean unos metros a la semana[11]. De esta forma la guerra se convertirá en un mantenimiento de las posiciones y una cuestión de desgaste más que de otra cosa. Cambian pues las estrategias y el armamento. ¿Qué están los soldados metidos todo el día en las trincheras y qué así no hay manera de atinarles con el fusil? Pues nada, les lanzamos gas venenoso y listo. O si no usamos lanzallamas, que también son muy apañados para estas cosas. ¿Qué las trincheras están rodeadas de alambre de espino y de nidos de ametralladoras y un ataque de infantería no es muy buena idea[12]? Para eso están los tanques, alma de cántaro. ¿Qué ya no se puede enviar un cuerpo de exploración a ver qué se cuece por la zona enemiga? Aviones, que vienen pintiparados para estos menesteres y ya de paso para bombardear todo lo que se pueda… 
"Weeeee" El tanque sube-trincheras, haciendo furor en Port Aventura desde el verano su estreno.

Como además es una guerra de desgaste, lo que hay que lograr es que el enemigo se quede sin tropas y sin suministros (el orden no importa), así los bloqueos navales son una estrategia indispensable. Lo son contra Gran Bretaña que es una isla (grande, pero una isla) pero sobre todo contra Alemania y las potencias centrales que de costa y cosas de barcos no andaban muy boyantes. ¿Cómo se apoya o se evita un bloqueo? Porque a veces los barcos se escapan y les llevan al enemigo oro, incienso, mirra y esas cosas. Pues en efecto, los submarinos están para eso, para hundir barcos enemigos y que vuelvan otra vez a bloquear o a saltarse un bloqueo si les han quedado ganas[13].

Alemania empieza a ver que los cuartos se van rápidamente como si fueran mileuristas y no se avanza nada y deciden jugar más agresivo, meter defensas y sacar delanteros para entrar en cuña contra Francia y tratar de romper el frente de una vez. Pero de nuevo los franceses resisten, esta vez en Verdún y la guerra de posiciones se mantiene. La batalla se conocerá como “El infierno de Verdún”[14] y luego llegarían otras en el Somme, que vendrían a ser lo mismo de infernales.
La guerra mundial, lo que viene siendo mundial, ya era con propiedad, pero ahora van a subirse a la noria más gente: Italia y Rumanía apoyando a la entente y Bulgaria a las potencias centrales[15]. España no, España se queda neutral y se dedica a exportar, aprovechando que con la guerra el resto de países cortan con todo lo que no sea la industria del armamento.
En ese momento preciso a alguien se le ocurrió decir delante de los colegas: “Esto no avanza. O pasa algo gordo o la guerra se eterniza” Como todo el mundo sabe esa es la señal para que el universo se remangue, escupa al suelo y disponga todo para que se líe. Y mira que no aprendemos…

Crisis de 1917
Este año se producen dos acontecimientos que cambiarán el rumbo de la guerra:
-          En Rusia estalla la revolución y el nuevo gobierno bolchevique decide que la guerra era cosa del zar, que con ellos no va la movida y que se sigan pegando tiros los que quieran, que por ellos no lo dejen si no quieren, pero que el pueblo ruso ya tiene lo suyo en su casa. Ya nos vemos en las Olimpiadas si eso.  Así que firman la paz de Brest-Litovsk con Alemania y a quién Dios se la dé, San Petersburgo se la bendiga. Alemania no obstante no se fía y mantiene casi un millón de hombres en el frente oriental aguardando sorpresas. Que igual luego hubieran venido muy bien en otro sitio más adelante, pero les está bien empleado por desconfiados[16].
-          Hablando de ocurrencias, a Alemania no tuvo otra buena que hundir, submarino mediante, en el Canal de la Mancha a un carguero de EEUU, lo que hace que éstos entren en guerra inmediatamente. De hecho hunden varios barcos civiles de todas las naciones, “El Sussex”, el “Vigilantia”, el “Aztec” y el “Lusitania” y no te creas que hay mucho acuerdo en cuál es el que lo desencadena todo. Sea cual sea es lo que se llama un Casus Belli (el motivo para entrar en guerra) que se dice en fino[17]. Con un Casus Belli bien elegido la opinión pública de tu país da palmas con las orejas cuando el gobierno decide entrar en una guerra ante la afrenta y quedan como señores en lugar de quedar como gente que envía a sus jóvenes a palmarla a tomar viento[18].

Si miras los dos eventos parece que son empate, porque por un lado a las potencias centrales les libran de un frente (aunque dejen una coz de soldados ahí por si las moscas), pero por otro, y es mucho más relevante, un país  nuevo entra en la guerra fresquito y con la siesta echada. Y no es un país cualquiera, no, son los EEUU, una máquina de producción de armas y suministros. Mira que Inglaterra llevaba toda la guerra declarándose, diciéndole “qué bonitos ojos tienes” y pagando fantas y ellos haciéndose los dignos y los estrechos, para al final acabar entrando en la guerra igualmente.
Reproducción de unas trincheras alemanas. Pensad en ello la proxima vez que digáis que una silla es incómoda y que una hora de clase es un infierno.

Vuelta a las grandes ofensivas (1918)
En este momento Alemania piensa que para poca salud ninguna y que aquí hemos venido a jugar y se lanza a una última ofensiva contra el frente francés. La entente decide unificar el mando de ingleses y franceses (que si no es un pisto de órdenes, movimientos y demás), y lo hacen bajo la dirección del almirante Foch. Pero así, con la tontería, empiezan a meter el dedo en las formaciones alemanas y resultan que no aguantan nada, que el ejército ya está en las últimas, en cuanto a hombres y equitación y que con un poquito de esfuerzo que pongan ganan la guerra. Entre que a Luddendorf no le llegaban suministros, que en Alemania los obreros empezaban a hacer huelgas en las fábricas de armamento y que los EEUU enviaban lo que hiciera falta a todo confort como si no hubiera un mañana y decían encima tener preparados a un millón de soldados para embarcar, el rey Alemán Guillermo II decide abdicar, el emperador de Austria le imita, en Alemania se proclama la república y se firma el armisticio. La guerra y el imperio austriaco se terminan fulminantemente.
Próximamente, el Tratado de Versalles para ver el “buen ganar” que tienen franceses e ingleses y cómo una paz gestionada con lo que viene siendo el culo nos lleva de cabeza a otra guerra y peor que la anterior. Y todo por, cosa única en la historia, no hacer caso al presi de los Estados Unidos que, pásmense, llevaba razón.
Y, claro, especiales sobre la guerra en el mar y en los cielos, que son interesantisérrimas.


[1] Debía ser una especie de Bruce Wayne a lo prusiano. Batman siempre tiene planes de emergencia para todo, hasta cuando se le olvida el código PUK del móvil. Sí, el PUK, no el PIN, que eso lo resuelve cualquiera.
[2] Por cierto que lo de “I Guerra mundial” no se puso hasta después de la segunda, en su época se llamó “La Gran Guerra”, no tenía mucho sentido ponerle la primera si no se esperaba que hubiera más. ¿A que “Guerra Mundial Z” no se llama “I Guerra mundial Z”? Pues eso. Igual si hacen la secuela (los dioses de Poniente no lo quieran) sí, pero eso me dará más la razón.
[3] Que yo siempre con la idea de buscar a qué suenan los nombres históricos, diré que éste tiene nombre de café del Starbucks: “Un Von Moltke con poca leche y canela, por favor”.
[4] Que no se diga, que este es el año mundial del tópico y tenemos que conmemorarlo.
[5] No confundir con Joffrey Baratheon.
[6] Tampoco es despedido, que sigue dirigiendo tropas, pero ya no será final boss.
[7] ¿Ves? Este ya sí, este ya sí tiene un nombre alemán de los de verdad. ¿Tanto le costaba al del Starbuck?
[8] Ya lo decía Tsun Tzu en “El arte de la guerra”: “El mejor plan de batalla se desmorona al primer contacto con el enemigo”. Lo mismo vale para cuando tienes una clase preparada a la perfección y traspasas la puerta del aula.
[9] ¿En serio lo recordáis? ¿De verdad? ¿No lo decís solo para que me sienta mejor?
[10] Lo que lleva pensar que se si los soldados realmente se plantearan alguna vez en quién les ha jeringado de verdad y que los chavales de enfrente no les han hecho nada, las cosas iban a cambiar considerablemente en el mundo. Por cierto que se avanzó más en esa noche que en los dos años siguientes. Si es que por las buenas las cosas se hacen mucho mejor.
[11] “Avanzar lo que se pueda” esa es la consigna también en todos los departamentos de Geografía e Historia de España. Así luego cuando no se haya llegado a nada, solo hemos cumplido órdenes.
[12] Peor sería atacar un elefante gigante a caballo, sí, las cosas como son y sale en “El retorno del rey” y bien que aplaudía la gente en el cine.
[13] Bueno, ese mismo barco claro que ya no, pero me entendéis.
[14] Y no porque hubiera sexo, drogas y rock and roll.
[15] Ojo, que no son “los centrales” eso es en el fútbol. La guerra es mucho más deportiva, dónde va a parar.
[16] Fíjate a los Stark lo bien que les va confiando en sus semejantes, por ejemplo.
[17] Todos los muertos son igual de importantes, pero en uno de esos barcos, en el Sussex concretamente, estaba el famoso compositor español Enrique Granados y su esposa, que volvía el pobre hombre de petarlo en los escenarios de NY.
[18] Bueno, eso era antes, ahora con decir que hay armas de destrucción masiva ya está la cosa hecha. Antes se lo curraban más los EEUU, eso es así. Ya no ponen ni ganas.